El mismo sueño-cap-6

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Llegamos a casa cerca de las 4 de la madrugada, habíamos bebido lo suficiente para sentir esa euforia tan peculiar que brinda el alcohol.
El concierto había sido genial, era la primera vez que escuchaba tocar a Ernest y fue una gran experiencia.

La excitación de la música y el alcohol provoco una atracción inmediata entre Rachel y yo.

Esta noche era perfecta.
Perfecta para nosotros dos.
Para estar al lado uno del otro.
Sin nada que nos detuviera.

El alcohol consumido había amplificado las sensaciones, no fue la cantidad necesaria para aturdir los sentidos, todo lo contrario, los aumento de gran forma.

El rose de mis dedos contra su piel, los vellos de su espalda se erizaban y sus labios dejaban escapar gemidos de placer.

Nuestros cuerpos se unieron sin problemas.

Una noche perfecta.

Caímos rendidos uno al lado del otro.
El insomnio no me afecto en lo más mínimo, rápidamente caí dormido.

Muy pronto el sueño llego a mí.


Sofía estaba frente a mí, con su piel pálida y sus labios rojos, hablando con toda naturalidad,  hablábamos del clima, hablábamos de las últimas películas transmitidas en el cine.

Hablábamos de miles de temas que no parecían tener gran relevancia.
Temas tan banales.
Aun así, tan importantes.

Mi sueño me mostraba el rostro de Sofía.
Tan claro como si la tuviera nuevamente frente a mi.

Al parecer la lluvia nos obligaba a permanecer dentro de la casa.
No habíamos visto una tarde soleada en mucho tiempo.

Pero eso no parecía molestarnos, el tiempo que pasábamos juntos era bueno, estuviéramos donde estuviéramos.

 El sueño me llevo a lugares felices de mi memoria.

Esa tarde, junto a Sofía, fue una de las mejores tardes de mi vida.

Sofía fue la que comenzó la plática.
Me puso más nervioso de lo normal.

-¿Has besado a alguien?

No esperaba ese tipo de preguntas y se ahora que ella no esperaba una respuesta como la que le di.

-Claro, algunas cuantas veces.

Sofía me miro durante unos minutos, escrutando mis reacciones faciales, el movimiento de mis labios y ojos, ella era muy buena en eso.

-De acuerdo, no mientes, en realidad deseaba que nunca hubieras besado antes.

La mire a los ojos un momento.

-Lamento decepcionarte, no soy tan pequeño como quisieras.

Ella me miro distinto, había un poco de enojo en sus facciones.

-Esto no es cuestión de edad, ni de madurez, esto es algo más.

-¿Te refieres a besar?

Ella no respondió.

-¿Cuántas veces lo has hecho?

Sofía siguió sin decir una sola palabra.
Muy pronto lo note.
Tal vez no debí habérselo dicho.

-¡Nunca has besado a nadie!

Su rostro volvió a cambiar, por un momento pensé que se enfadaría aun más, pero fue todo lo contrario, su rostro se avergonzó.
Sus pómulos se sonrojaron.
Adoptaron un tono rojizo.
Al igual que su cabello.

Oculto su rostro.
Se encogió de hombros.

No dijo nada y yo no la forcé a hablar.

Todo era claro.
Ella nunca había besado a nadie.

Permanecí inmóvil un momento, tal ves me sobrepase un poco, decidí dejarla sola, eso parecía ser lo mejor, dejar que ella se calmara un poco.

Me puse de pie, no trate de despedirme de ella ni hablarle, supuse que mi presencia en este momento la alteraba mas.

Lo que sucedió al intentar salir no me lo esperaba.

Sofía se puso rápidamente de pie, se coloco entre la puerta y yo.

Me tomo en sus brazos y acercándome fuertemente me beso en los labios.

Yo solo cerré los ojos y me deje llevar.





Al abrirlos me di cuenta de que ese sueño me había mostrado uno de los mejores recuerdos de mi vida.

El soñar con Sofía no siempre era una tortura.

Siempre y cuando el sueño fuera el correcto.

 -MARIUS VON CHESHIRE




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