Open graves- cap-2- aislamiento.

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Mi nombre es Amal Ser, miembro del escuadrón “D” numero 345.

No somos el único escuadrón de demolición de la compañía, empero, somos el único escuadrón en activo que enviaron a esa misión.

Todo parecía ser una misión simple y común; pero todo se salió de control, todo termino de la forma menos pensada.

Lo que nos lleva al día de hoy.
Llevamos dos semanas en aislamiento, todos y cada uno de los miembros del escuadrón.
Todos los que le pudieron echar una mirada a aquel monstruo.
Mis amigos y yo.

No se como tratarían a los demás chicos, a mí solo me hicieron unas preguntas durante dos días y me vinieron a encerrar en solitario; estoy seguro que a Marco aun lo tienen en interrogación.

¡Diablos! nunca espere estar encerrado en una prisión que pertenece a la corporación para la cual trabajo, de hecho, nunca pensé siquiera trabajar para esta corporación.

Marco y yo somos como hermanos, tal vez no de lazos sanguíneos, pero si de lazos de amistad, una gran amistad que comenzó en nuestra niñez.
Los dos, solos en el mundo, dentro de una institución federal para niños sin padres, sobrevivientes de ataques terroristas.

Nuestros padres fueron victimas de los primeros ataques con armas biológicas.
Una nueva forma en que los humanos podían matar más humanos.

Después de que termino la gran guerra; el mundo comenzó a funcionar poco a poco nuevamente.

E.U.A quedo reducido a cenizas, solo unas cuantas colonias quedaban de pie, sin duda fue el que peor pago por sus pecados.
La mitad de Rusia se encontraba inhabitable, debido a la radiación y al uso de las armas biológicas que tantos estragos hicieron; era llamada la zona negra, ningún ser vivo podía acercarse.

Japón desapareció por completo del planeta (al igual que Inglaterra), los pocos japoneses que sobrevivieron al éxodo llegaron al nuevo imperio mexicano.

El nuevo imperio mexicano.
Después de recuperar y apoderarse de casi todo el territorio perteneciente a estados unidos, el nuevo imperio mexicano siguió expandiéndose; recogió a los pocos sobrevivientes de Japón y les brindo un hogar; Honduras, Guatemala, El Salvador, Cuba, Colombia y Perú ahora formaban un solo ser.
Eran ahora parte del nuevo Imperio Mexicano.
Canadá comenzaba a mostrar su gran potencial.
China poco a poco comenzaba a recuperarse.

Ese es el mundo de ahora.
En ese mundo donde Marco y yo comenzamos a vivir; sin padres y sin futuro.

Pero logramos salir adelante.
Juntos, cuidando el uno del otro.

Recuerdo nuestra infancia, yo siempre fui el aventurero, el que buscaba siempre nuevos métodos para divertirse y olvidar lo feas que eran nuestras vidas.

Marco por el contrario, siempre fue el responsable, el que vigilaba que no me metiera en problemas, siempre buscando una mejor forma de sobrevivir; y al final la encontró.

O al menos eso creíamos.

Teníamos tan solo 15 años, habíamos dejado el orfanato a los 13, o, para ser exactos, nos habían echado a la calle a esa edad.
Tuvimos que realizar todo tipo de trabajos y estafas para conseguir algo de comer.
Nos encontrábamos en el centro del nuevo Imperio Mexicano, dos chicos sin ningún tipo de apoyo.
Fue en la ciudad de Sarmilla donde encontramos el escuadrón de reclutamiento.
Buscaban jóvenes que se quisieran unir a una nueva institución de combate al bio terrorismo.
Brindaban alojamiento, entrenamiento, educación y una gran paga.
Justo lo que necesitábamos.

La corporación caos.

La principal corporación multinacional.
Enfocada a todo tipo de tecnologías, armas, medicina y todo lo que se pudiera imaginar, debido a sus miles de subsidiarias, desde editoriales hasta empresas pesqueras.
Toda una súper corporación.

Trabajábamos para una de sus subsidiarias, M-o-r-b-t.

Fuimos reclutados con gran facilidad y llevados a uno de sus grandes campos de entrenamiento.

En ese lugar nos dimos cuanta cuan jodido estaba el mundo, cuantos chicos como nosotros estaban buscando un escape a sus horrendas vidas, cuantos como nosotros estaban buscando un futuro.

También nos dimos cuenta de cuantas personas sacaban provecho de esas necesidades.

Pasamos 6 años dentro de ese campo de entrenamiento, a ambos nos destinaron al mismo escuadrón al terminar el entrenamiento.

Y fue cuando vimos en qué condiciones se encontraba el mundo real.




-MARIUS VON CHESHIRE 


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