La ultima caja de cigarrillos se termino hace dos días, tenia muchas ansias de fumar, pero no tenia planeado salir a comprar una nueva.

Debía conformarme con mi taza de café, que para estos momentos ya era una taza de café helado.
Un café siempre es un café.

La mesa de trabajo estaba llena de papeles, hojas en blanco o ya usadas.
Garabateadas.
Nada de importancia.

Mis musas me habían abandonado.
Hace ya más de dos meses.

Y no parece que quieran regresar.

Tal vez tomaron vacaciones.
Sin siquiera avisarme, sin una nota de despedida, tal vez solo disfrutan un tiempo a solas.

Ellas no me necesitan.
Pero yo si a ellas.

Por el momento tengo a mi taza de café.
Ya no hay cigarrillos.
Pero creo que es mejor así.

El humo del cigarrillo solo me haría llorar.

Y sin nadie para verme, llorar seria un desperdicio.



 -marius von cheshire



Mi boca tenia el sabor amargo que da la bilis mesclada con vomito, como si despertara después de una semana entera de alcohol y excesos.

Pero no tenía tanta suerte, esto no era causado por el alcohol.

Un hijo de puta había acabado con nosotros hace unas cuantas horas, lo subestime y todos pagamos por eso.

¿Dónde estábamos?

Lo ultimo que recuerdo fue la casa abandonada, la carretera vacía, el cielo sin estrellas, negro.

Pero ahora estoy en una habitación.
Tumbada en un colchón mal olientes.

-      ¡Vaya! ¿Así es como agradeces mi ayuda? Insultando el olor de mi hogar.

¡Demonios! Esto no lo esperaba, otro dolor de cabeza acababa de llegar.

-      Legión, ¿que demonios haces aquí?

-      ¡Diablos! Tan desagradecida como siempre, acabo de salvar tu trasero desangrado a la mitad de la nada, el tuyo y el de tus perros falderos.

Maldición, me olvide de Jin.

-      ¿El esta muerto?

-      No, pero pronto lo estará; a menos que tomes una decisión.

-      ¿A que te refieres?

La plática fue interrumpida, una figura pequeña apareció por la puerta, llevaba una larga capucha negra, al parecer de terciopelo.
Una joven, casi una niña.

Su voz era angelical, pero a la vez era la voz de una anciana.

-      El joven Jin ha perdido mucha sangre, deben hacer algo pronto, o morirá por completo.

Ahora lo comprendía.
Pero no estaba segura de poder hacerlo.
No aun.

-      ¿Como están los demás? Marlon y Rómulo.

-      Ellos están bien, por fortuna la pequeña elle es una magnifica enfermera.
Los curo en un santiamén; el verdadero problema es el otro chico.
No creo que tengas la fuerza suficiente para hacerlo, lo mejor seria dejarlo ir.

Legión tenía razón, no estoy segura de poder salvar a Jin, incluso si lo hago, no creo que sea la mejor manera.
Ellos aun no están preparados.

Legión y la pequeña me ayudaron a levantarme, aun estaba muy débil, perdí mucha sangre, pero a pesar de eso, mis heridas estaban completamente cerradas.
Al parecer todo esto lo hizo la pequeña elle.
Cuando esto termine le daré las gracias como se debe.

-      ¿Y a mi no me agradecerás?

Bastardo, siempre metiéndose en lo que no le llaman.

-      Deja de husmear en mi cabeza, o tendré que volver a patear tu huesudo trasero.

-      Jajajaja

Su risa es molesta, como todo en el.

Jin esta sobre un colchón limpio, al parecer nuevo.
Aunque las manchas de sangre ya lo han ensuciado.

Su palidez es mortal, casi igual que la mía.

¡Mierda, como deje que esto pasara!

-      Y bien, ¿que es lo que aras? Lo convertirás o dejaras que muera.

No era una decisión fácil, pero debía tomarla rápidamente.

-      Lo hare.

-      Morirás.

Lo sabia, no tenia la sangre suficiente para convertirlo, pero al menos debía intentarlo, yo los guie a esto.

Dirigí mis afilados colmillos a mi muñeca, dispuesta a abrir una herida nueva, por donde brotara la sangre que le brindaría nueva vida a Jin.

Pero Legión me detuvo.

-      Detente estúpida, usa por un momento la cabeza, no lograras sobrevivir si haces algo tan estúpido, ni tu ni el.

Mi ira exploto.

-      Y que sugieres que haga bastardo, que lo deje morir, de esta forma tan violenta.

 No respondió, solo se quito su saco y se coloco un cigarrillo en su boca, no lo prendió.

-      De hecho, una vez más por esta noche, te ayudare. Dejare que bebas de mi sangre, puedes tomar toda la que desees.

Bastardo.

-      ¿Quieres que muera envenenada? ¿Recuerdas lo que me sucedió la última vez que bebí tu asquerosa sangre?

-      Jajajaja

Su maldita risa.

-      Descuida, tendrás que confiar en mi y en mi pequeña amiga aquí presente, esta noche ella hizo un poco de los trucos que ella maneja; y para tu suerte, por esta noche mi sangre esta limpia. Tan limpia como la sangre de una virgen.

Cruce mi mirada con le de Elle.
Ella me respondió con una sonrisa.
¡Mierda!
No tenía otra alternativa.

Legión extendió su mano, pensé que quería que bebiera de su muñeca o de su brazo, pero el me jalo hacia su cuello.
Era ahí donde él quería que yo bebiera.

Diablos, odie su sangre.

Cuando la bebí fue como si bebiera estiércol, aguas de pantano.
Fue como si me metiera mierda en la boca.

Y lo que vi me aterro.

Desgarre su cuello con impaciencia, la vida de Jin aun seguía en juego.

Bebí y succione tanto como pude.
Y para mi sorpresa, esta vez su sangre sabia normal, incluso tenía un sabor excelente.
Tal como dijo.
Como sangre de una virgen.

Y lo que me sorprendió aun más.
No vi nada.

Me separo de su cuello lentamente.
Era suficiente.
Lo suficiente como para salvar a Jin.

Me acerque a la cama de Jin.
Su cuerpo estaba frio.
Pero aun con vida.

Desgarre mi cuello lentamente.
Me permití sentir el dolor, el filo de la navaja que Legión me brindo.
Frio, mortal.

Legión abrió la boca de Jin.
Yo coloque mi cuello chorreando de sangre sobre su boca.
Ahora era cuestión de Jin.

Si quería vivir debía beber.
Debía beber como nunca antes.

Sangre de mi sangre.

Su lengua comenzó a moverse poco a poco.
Sus labios se cerraron como una almeja sobre mi cuello.
Succionando.
Saboreando.

Abriendo una puerta jamás vista.

Los ojos de Jin se abrieron.
Su vista brillaba.
Como despertar en el paraíso.

Al menos eso es lo que dicen.

Mi despertar fue muy distinto.



-MARIUS VON CHESHIRE





Después de todo este ajetreo necesitaba un poco de alcohol, al igual que unos cuantos minutos a solas.

La caminata por las calles vacías me daría los minutos a solas.

Elle se quedo dormida después de cenar algo, su rostro y su mente no mostraban rastros de cansancio, pero su cuerpo era cosa distinta.

En este lugar estaría segura, nadie podía entrar, nadie podría encontrarla aquí, no importa cuanto trataran ni que métodos usaran.

Elle estaba segura.

Y yo necesitaba un trago y unos cuantos cigarrillos.

Las calles son distintas de madrugada, siempre y cuando sepas donde mirar, puedes encontrar todo lo que se esconde en el día.
Todo.

Y el día de hoy estoy buscando algo especial.

Un lugar al que pocas personas pueden entrar, un lugar muy exclusivo.

Salmérie.
El mercado Salmérie.

Un mercado, un bazar, un lugar donde puedes encontrar de todo y comprarlo.

Pero yo no estaba en este lugar para comprar.

Salmérie era el nombre de su dueña, aquella a la que se le pagaba tributo por cada cosa vendida en su mercado.
Y aquella que te podría conseguir lo inimaginable.

Salmérie no recibe a nadie que no quiera comprar algo, para ella todo es un negocio, y como tal, el tiempo perdido también era dinero perdido.
Y algo más que dinero.

Pero para mi buena suerte, Salmérie era una amiga intima.


-       ¡Que putas deseas!

Tan amable como siempre.

Salmérie siempre ha sido mi tipo de mujer, fuerte y sin temor a decir lo que piensa, piel oscura, cabello largo y tan rizado que me parece irreal.
Su cuerpo es el de una diosa y sus ojos tienen un toque bestial, como el de una pantera en medio de la jungla, observando a su presa.

Toda una mujer.

-       Y bien, ¿Que jodidos quieres?

-       Bueno, antes que nada déjame decirte que estas tan hermosa como siempre; y segundo, vine por algo.

-       Sabes que todo lo que ofrezco es muy caro y por lo que eh escuchado no tienes un buen trabajo desde hace tiempo.

-       ¡Vaya! así que haz estado espiándome, te preocupas tanto por que no encuentre un trabajo fijo.

No respondió, dejo que sus ojos de pantera respondieran.

-       Je, lamento decepcionarte, pero no vine a comprar nada tuyo, vine a recoger algo que me pertenece y te deje a su cuidado.
Pague por adelantado.

-       Ya veo ¿puedo preguntar por qué lo quieres ahora?

-       Claro que puedes, pero no creo que yo pueda responder a eso.

No contesto, permanece analizando mi respuesta, tal vez evaluando la necesidad de usar nuestra vieja amistad para que le diga lo que quiere saber.
Pero al final se contiene.
No seria una buena jugada.

-       Muy bien, hare que lo traigan, ¿gustas un vaso de vodka?

-       ¡Ahora estamos hablando! Diablos, una botella no estaría mal.
Y dime ¿que tal  marcha el negocio?

-       Nada mal, he tenido ciertos pedidos que me mantienen ocupada, algunos grupos planean un poco de diversión, así que acuden a mí.
Pero debo decir que he estado algo aburrida, creo que tomare unas vacaciones.
-       Vaya, eso si que es nuevo, Salmérie tomando vacaciones ¿A donde irías?

-       Bueno, siempre he querido visitar Atenas, creo que esta será una gran oportunidad para hacerlo.

Uno de sus sirvientes nos interrumpió, trajo consigo lo que vine a buscar,  envuelto en el mismo paño de seda en el que lo traje.

-       Bueno, asumo que este asunto quedo saldado, te entrego el paquete que dejaste a mi cuidado, no tiene ningún daño y no fue visto por nadie.

Y así era, como solo Salmérie podría cumplir.
Ahora era momento de partir, después de un poco de alcohol y una charla amistosa, debía poner en marcha mis planes.

-       Salmérie, me gustaría mucho acompañarte en tu viaje a Atenas, tiene mucho que no voy, pero ahora me ausentare por un poco de tiempo, espero que al volver aun podamos ir.

-       Jajajaja, tan divertido como siempre, ¿Cuál es su nombre?

-       Elle.

Sus parpados se cerraron lentamente, los dejo así un momento.

-       ¿Quieres saber que he escuchado de ella?

-       No, la verdad es que no me interesa.

Y era la verdad, todo lo que Elle representaba era para mi un misterio, pero un misterio que yo debía descubrir.

-       Muy bien, solo déjame advertirte, esto es muy grande, tal vez demasiado, incluso para ti.

Se levanto de su sillón y me beso, un beso en la mejilla, un beso que reflejaba preocupación.

-       No tienes de que preocuparte, me se cuidar solo.

La bese de vuelta.

Salmérie, mi tipo de mujer.

-marius von cheshire






Mi nombre es Amal Ser, miembro del escuadrón “D” numero 345.

No somos el único escuadrón de demolición de la compañía, empero, somos el único escuadrón en activo que enviaron a esa misión.

Todo parecía ser una misión simple y común; pero todo se salió de control, todo termino de la forma menos pensada.

Lo que nos lleva al día de hoy.
Llevamos dos semanas en aislamiento, todos y cada uno de los miembros del escuadrón.
Todos los que le pudieron echar una mirada a aquel monstruo.
Mis amigos y yo.

No se como tratarían a los demás chicos, a mí solo me hicieron unas preguntas durante dos días y me vinieron a encerrar en solitario; estoy seguro que a Marco aun lo tienen en interrogación.

¡Diablos! nunca espere estar encerrado en una prisión que pertenece a la corporación para la cual trabajo, de hecho, nunca pensé siquiera trabajar para esta corporación.

Marco y yo somos como hermanos, tal vez no de lazos sanguíneos, pero si de lazos de amistad, una gran amistad que comenzó en nuestra niñez.
Los dos, solos en el mundo, dentro de una institución federal para niños sin padres, sobrevivientes de ataques terroristas.

Nuestros padres fueron victimas de los primeros ataques con armas biológicas.
Una nueva forma en que los humanos podían matar más humanos.

Después de que termino la gran guerra; el mundo comenzó a funcionar poco a poco nuevamente.

E.U.A quedo reducido a cenizas, solo unas cuantas colonias quedaban de pie, sin duda fue el que peor pago por sus pecados.
La mitad de Rusia se encontraba inhabitable, debido a la radiación y al uso de las armas biológicas que tantos estragos hicieron; era llamada la zona negra, ningún ser vivo podía acercarse.

Japón desapareció por completo del planeta (al igual que Inglaterra), los pocos japoneses que sobrevivieron al éxodo llegaron al nuevo imperio mexicano.

El nuevo imperio mexicano.
Después de recuperar y apoderarse de casi todo el territorio perteneciente a estados unidos, el nuevo imperio mexicano siguió expandiéndose; recogió a los pocos sobrevivientes de Japón y les brindo un hogar; Honduras, Guatemala, El Salvador, Cuba, Colombia y Perú ahora formaban un solo ser.
Eran ahora parte del nuevo Imperio Mexicano.
Canadá comenzaba a mostrar su gran potencial.
China poco a poco comenzaba a recuperarse.

Ese es el mundo de ahora.
En ese mundo donde Marco y yo comenzamos a vivir; sin padres y sin futuro.

Pero logramos salir adelante.
Juntos, cuidando el uno del otro.

Recuerdo nuestra infancia, yo siempre fui el aventurero, el que buscaba siempre nuevos métodos para divertirse y olvidar lo feas que eran nuestras vidas.

Marco por el contrario, siempre fue el responsable, el que vigilaba que no me metiera en problemas, siempre buscando una mejor forma de sobrevivir; y al final la encontró.

O al menos eso creíamos.

Teníamos tan solo 15 años, habíamos dejado el orfanato a los 13, o, para ser exactos, nos habían echado a la calle a esa edad.
Tuvimos que realizar todo tipo de trabajos y estafas para conseguir algo de comer.
Nos encontrábamos en el centro del nuevo Imperio Mexicano, dos chicos sin ningún tipo de apoyo.
Fue en la ciudad de Sarmilla donde encontramos el escuadrón de reclutamiento.
Buscaban jóvenes que se quisieran unir a una nueva institución de combate al bio terrorismo.
Brindaban alojamiento, entrenamiento, educación y una gran paga.
Justo lo que necesitábamos.

La corporación caos.

La principal corporación multinacional.
Enfocada a todo tipo de tecnologías, armas, medicina y todo lo que se pudiera imaginar, debido a sus miles de subsidiarias, desde editoriales hasta empresas pesqueras.
Toda una súper corporación.

Trabajábamos para una de sus subsidiarias, M-o-r-b-t.

Fuimos reclutados con gran facilidad y llevados a uno de sus grandes campos de entrenamiento.

En ese lugar nos dimos cuanta cuan jodido estaba el mundo, cuantos chicos como nosotros estaban buscando un escape a sus horrendas vidas, cuantos como nosotros estaban buscando un futuro.

También nos dimos cuenta de cuantas personas sacaban provecho de esas necesidades.

Pasamos 6 años dentro de ese campo de entrenamiento, a ambos nos destinaron al mismo escuadrón al terminar el entrenamiento.

Y fue cuando vimos en qué condiciones se encontraba el mundo real.




-MARIUS VON CHESHIRE 



Mi lengua recorrió tus pezones.
Y al igual que si un hielo frio los recorriera.
Tus pezones despertaron al instante.

Pequeñas montañas en las cuales perderse seria demasiado fácil y tentador.
Pequeños polos magnéticos.
Polos a los que toda brújula apunta.

El lugar a donde todo explorador desea llegar.

Mi lengua recorrió todo tu cuerpo.
Toda tu piel.

Como una daga sin filo.
Rozando tu piel sin cortarla.

Empero.
No significa que no pueda atravesarla.

Como una daga sin filo.

Sin rasgar.
Pero atravesando todo tu ser.


-marius von cheshire




Un equipo de elite con una sola misión, exterminar a todos los infectados que  encuentren en su camino. 
Pero su camino no será fácil de seguir, intrigas y mentiras en cada esquina
¿Lograran sobrevivir hasta el final?







  • Cap 1:Escuadron "D"
  • Cap 2:Aislamiento
  • INDICE




    ¿Crees en las casualidades o en el destino?
    ¿Quién es Elle?
    ¿Quién es Legion?
    ¿Qué oscuros pasados guardan?
    ¿Qué eventos desencadenaran su encuentro?
    Y lo más importante
    ¿Qué futuro les depara juntos?




  • Cap 1:Encuentro
  • Cap 2:Platica de adultos
  • Cap 3:Salmérie
  • Cap 4:Buen viaje





  • No hay mucho que decir de una personalidad de su talla.

    Cantante e imagen mítica de un mitigo grupo.

    The doors.

    Poeta y cantante.
    Cineasta.

    Icono y sex simbol de toda una era.

    Un día como hoy.

    El 3 de julio de 1971.

    James abandono este mundo para surcar esferas mas elevadas.

    Muchas teorías giran alrededor de su muerte.

    Algunas afirman que el nunca murió, que simplemente abandono el espectáculo por la puerta trasera, libre de toda la admiración morbosa que los medios sentían hacia él.

    Pero para sus verdaderos fans.

    James murió.

    Y se convirtió en el semidiós que es hoy en día.

    Una figura de lo más influyente y admirada.

    Icono de masas.

    Aun cuando él quería huir de toda admiración.

    Te recordamos con cariño.

    -marius von cheshire